Diez preguntas sobre la revalorización de las pensiones

En el debate español sobre las pensiones, la cuestión de la revalorización ha adquirido una posición central en los dos últimos años. El movimiento de protesta de los pensionistas, especialmente activo en diferentes comunidades autónomas desde 2016, cobró fuerza partir del otoño de 2017, cuando recibió el apoyo institucional de los sindicatos. Desde enero de 2018, las movilizaciones –convocadas cada semana y puntualmente cubiertas por los medios de comunicación– han hecho de la lucha contra la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones su “leitmotiv”.

El informe elaborado por Elisa Chuliá y José Antonio Herce para BBVA Mi Jubilación nos da las claves de esta medida de política económica.

¿Por qué es importante revalorizar las pensiones?

Es necesario para  proteger a los pensionistas de una inflación significativa a lo largo de periodos prolongados; es decir, de evitar que tales rentas, aun manteniendo su valor nominal, pierdan valor efectivo.

¿Qué criterios y reglas utilizan habitualmente los países europeos para revalorizar las pensiones?

La mayor parte de ellas se basan en dos criterios: la inflación o el crecimiento de los salarios. Otros utilizan la evolución del Producto Interior Bruto (PIB), y son menos los que han diseñado sus reglas de revalorización incorporando a ellos factores de sostenibilidad o mecanismos de equilibrio financiero o variables individuales como la longitud de la carrera laboral.

¿Hay un mecanismo óptimo para para revalorizar las pensiones?

No existe un mecanismo óptimo, depende de cada país y de cada situación. En teoría y en términos generales, podría definirse como mecanismo óptimo de revalorización aquel que proveyera de la máxima seguridad a los pensionistas

¿Por qué es la revalorización de las pensiones un tema crucial en el debate sobre las pensiones?

El debate sobre las pensiones abarca dos grandes cuestiones: la sostenibilidad de las pensiones y su suficiencia (adecuación). Sucede que, cuanto más elevadas sean las pensiones, más insostenible será el sistema en su conjunto, en ausencia de recursos suficientes. La cuestión de la suficiencia alarma legítimamente a millones de pensionistas españoles, que asocian la insuficiencia a la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones.

¿Debería considerarse la revalorización como un instrumento apropiado para ajustar los gastos en pensiones cuando el sistema se encuentre en déficit?

Confiar en la inflación como un mecanismo de ajuste de las pensiones es injusto (por la erosión de su poder adquisitivo), doloroso (sin que pueda preverse cuándo y cómo golpeará a la economía doméstica de los pensionistas) e ineficiente desde el punto de vista social y económico. Pero, al mismo tiempo, la creciente esperanza de vida de todos los pensionistas (no solo de las nuevas altas) implica un mayor gasto de ciclo vital en jubilación, dado el esfuerzo contributivo realizado, que desequilibra el balance individual y agregado del sistema.

¿Cómo se han revalorizado las pensiones en España hasta el año en curso?

Hasta 1997, los gobiernos revalorizaban las pensiones periódicamente sin una regla fija. Desde 1998 hasta 2013, las pensiones se revalorizaban automáticamente según el IPC previsto. Desde 2014 a 2017, se aplicó el IRP de conformidad con la nueva legislación sobre pensiones aprobada en 2013 (Ley 23/2013). Esta legislación no ha sido formalmente derogada, aunque en 2019 la aplicación del IRP se ha suspendido por segundo año consecutivo. En el año actual (2019) las pensiones del sistema contributivo se han revalorizado el 1,6% para el conjunto de las prestaciones contributivas, salvo las pensiones mínimas, cuya revalorización se ha fijado en 3%.

¿Qué ventajas e inconvenientes tiene desligar la revalorización de las pensiones del IPC, como hace el IRP (Índice de Revalorización de las Pensiones) de 2013?

Los defensores del IRP mantienen que no es una medida inexorable contra la suficiencia de las pensiones, ya que siempre se puede alterar aumentando los recursos del sistema o reduciendo el crecimiento de los gastos por vías que no mermen el poder adquisitivo de las pensiones (por ejemplo, retrasando la edad de jubilación). Además aporta una ventaja fundamental: informa anualmente sobre la salud financiera del sistema, permitiendo adquirir conciencia de la necesidad de financiación proveniente de fuentes no contributivas y/o de medidas complementarias de naturaleza no financiera.

¿Cómo se van a revalorizar las pensiones en España después de 2019?

No es posible saberlo. Suspendida la aplicación del IRP, no se ha aprobado todavía un nuevo mecanismo de revalorización que lo sustituya.

¿Qué implicaría la adopción de un modelo de “revalorización progresiva”, de manera que cuanto más altas sean las pensiones, más baja sea la revalorización?

Una “revalorización progresiva” que exacerbase el componente redistributivo reduciría la diferencia de importe entre las pensiones más altas y las más bajas, desdibujando el componente actuarial de las pensiones, y desincentivaría las carreras largas y/o de cotizaciones altas orientadas a la consecución de pensiones más elevadas

¿Qué condiciones tendría que cumplir una política de revalorización de las pensiones razonable y socialmente justa?

La revalorización debe atenerse a reglas claras y transparentes, no ad hoc, cuya filosofía se explique muy bien a la población. Del mismo modo, los costes asociados a la revalorización deberían ser conocidos y asumidos mediante reglas precisas entre las diferentes generaciones, teniendo, no obstante, en cuenta las capacidades concretas que tiene cada una de compensar esos costes.