Estamos hablando de edadismo o aging, que relega a nuestros senior a puestos “fuera del bombo” como decía un buen amigo mío, ponente de nuestros programas, directivo de una multinacional de mucho prestigio. Esta expresión se refiere a las personas que, por el paso del tiempo y por convertirse en senior expertos, son identificados por su empresa como trabajadores de escaso potencial futuro y son retirados – muy lentamente o de forma muy brusca – de los entornos de decisión y, en breve tiempo, incluso de la compañía.
Esta tipología de persona, fiel y muy trabajadora durante varias decenas de años, de pronto se encuentra en una situación de falta de aprecio por parte de los posibles empleadores. El tema es tan grave que ni siquiera las afamadas compañías de outplacement o los sólidos headhunters, pueden ofrecerles soluciones. El problema no son los trabajadores, su cualificación o experiencia es indudable, sino las compañías que han incorporado a sus políticas empresariales la consigna de no contratar personas de una determinada edad (45 o 50 años) hacia arriba.
Desde hace más de 3 años 50pro , ha decidido trabajar para ofrecer a estos senior, una alternativa y una esperanza de volver a sentirse útiles y poder reintegrase en su “segunda vida profesional”.
Esta actividad, que han decidido denominar “acompañamiento al senior activo” la llevan a cabo mediante un proceso de entrenamiento práctico mediante una metodología única denominada PES (Programa de Emprendimiento para Senior), ejecutada mediante el método del caso, en grupos reducidos con ponentes y mentores de muy alto nivel.
Este entrenamiento permite que el senior se reinvente para acometer un tema difícil: el emprendimiento o actividad por cuenta propia, y que requiere una especialización diferente de la que tiene cualquier directivo, para saber específicamente qué, cómo y cuándo puede emprender con las máximas posibilidades de éxito.
Varias de las empresas clientes de 50Pro , han demostrado que, si necesitan desvincular personas de la plantilla, lo hacen preocupándose por los trabajadores que permanecen e incluso por los que salen de la misma. Se incorporan planes de empresas saludables, que las distinguen claramente de muchas otras preocupadas por el día a día, por seguir creciendo y otras muchas razones encomiables, pero que lo hacen sin prestar atención al recurso más importante de todos: la persona.
Y todo ello considerando al senior, pero nunca enfrentándose a los jóvenes, sino acometiendo emprendimientos intergeneracionales que se plasman en una colaboración entre los mismos, que dan lugar a brillantes, prudentes e innovadoras nuevas startups que aúnan los valores de ambas generaciones.
Como todos sabemos, estamos en un cambio de paradigma, en que las pirámides de población se están invirtiendo y dando lugar a las “peonzas poblacionales” donde los jóvenes han reducido su participación en el total de la población, debido al menor número de nacimientos, pero también a la mayor esperanza de vida de los mayores que en estos momentos se acercan a los 85/87 años y con una clara proyección a los 100 años en un futuro breve. ¿Cómo puede pensarse como razonable que, una persona con un innegable talento, habilidades y experiencia, se vea reducida a un simple interés por sobrevivir?, como si fuera un trasto inservible, a la espera del paso del tiempo, cuando puede realizar alguna actividad profesional buena para sí misma y para la sociedad.
Pero además, esta población conserva todas sus facultades cognitivas y acumula una variable fundamental: la experiencia, que sólo se consigue con el paso del tiempo, pero a la vez sin ser ajenos a muchos de los conocimientos actualizados, que manejan habitualmente con sobrada pericia, sobre todo a nivel de dirección y liderazgo de proyectos.
(*) Carlos Molina es CEO de 50Pro.
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