Tras la aprobación de la Ley de Presupuestos General del Estado para 2018 y su publicación en el Boletín Oficial del Estado, entrada en vigor también la subida de las pensiones por encima del 0,25% previsto con anterioridad (el 1,6% con carácter general y hasta el 3% para las pensiones más bajas).
¿Qué efectos tendrá la subida?
Según lo previsto por el Gobierno, los pensionistas cobrarán próximamente una mini paga con los atrasos desde el pasado mes de enero, por la diferencia respecto de la subida inicial del 0,25% que tuvieron las prestaciones al inicio del año y que es lo que estaba previsto subir antes de la introducción de la enmienda que modificaba la cuantía del incremento de las pensiones para los años 2018 y 2019.
El incremento de las pensiones en futuros años
La subida de pensiones será del 1,6% para 2019 y del 1,5% para el año 2020, también se ha aprobado el aumento de la base reguladora de las pensiones de viudedad que alcanzará al 56% este año y el 60% el siguiente, aunque con determinados requisitos específicos y el retraso en la aplicación del factor de sostenibilidad, previsto para el año 2019, hasta el año 2023.
El retraso de la implementación del factor de sostenibilidad
El retraso en la implementación del factor de sostenibilidad significa que el ajuste de la pensión inicial de jubilación de manera que el importe total que perciba a lo largo de su vida un pensionista que acceda al sistema de pensiones dentro de un cierto número de años, y que previsiblemente tendrá mayor esperanza de vida, sea equivalente al que perciba el que se jubile en un momento anterior, se aplaza hasta el año 2023.
Para ello, en este factor se relaciona la esperanza de vida estimada en ambos momentos. Por tanto, este factor provocará que la cuantía de la pensión de aquellos que van a disfrutar de una mayor esperanza de vida sea menor, dado que se presume que la van a percibir durante un mayor número de años.
Por tanto, ante una esperanza de vida creciente este último valor será, previsiblemente menor que 1 y el efecto será el de causar una pensión menor en términos nominales.
El factor de sostenibilidad ha sido uno de los ejes fundamentales de la reforma de las pensiones en España. Se iba a aplicar a partir del año 2019 y venía a añadir nuevas variables al cálculo de la pensión a las ya existentes actualmente, como son la edad de jubilación, los años cotizados, la cuantía cotizada, etc. Desde su entrada en vigor, se iba a tener en cuenta al calcular la primera pensión de jubilación de los nuevos jubilados su esperanza de vida en dicho momento. A esto se le conoce como factor de equidad intergeneracional y es la primera variable.
El FEI se revisará cada 5 años en función de la evolución de la esperanza de vida. El objetivo fundamental es que, dado que la esperanza de vida ha aumentado considerablemente y se estima que lo siga haciendo tanto en España como en países de nuestro entorno, los jubilados perciban a igual contribución durante la etapa como cotizantes, el mismo importe vía pensión pública de jubilación como jubilados.
Dado que, como la esperanza de vida tiende a aumentar, los futuros jubilados vivirán más años como tal que los actuales jubilados. Por tanto, sus derechos cotizados durante la etapa activa deberán repartirse durante un número mayor de años, por tanto, aunque de manera global recibirán de manera equivalente a los jubilados actuales, la cuantía mensual será más reducida. Es decir, se cobrará menos al mes pero durante más años.
Era necesario esperar a la evolución definitiva de la esperanza de vida en 2019 (en ese año se tomarían como referencia el lustro 2013-2017, dejando un año de margen, 2018, para contar con datos cerrados) para tener cálculos precisos, pero se estima que en el primer año de aplicación, esta variable supondría un descuento en la pensión del 0,47%.
Por tanto, al aplazar la entra en vigor del factor de sostenibilidad, las pensiones de jubilación de momento no se verán mermadas en el año 2019, y previsiblemente en los próximos años.
