En los últimos años se ha ido recortando la aportación (y la deducción en el IRPF de esas aportaciones) que el participe podía realizar a los planes de pensiones individuales, pasando de un límite de 8.000 euros aplicado hasta el año 2020, a un límite de 2.000 euros en 2021 y de 1.500 euros en 2022. José Antonio Herce apunta que todos los vehículos previsionales, tanto los del Pilar I (las pensiones públicas), como los del Pilar 2 (planes de pensiones de empleo y sistemas alternativos a los mismos) y Pilar 2 (planes de pensiones individuales e instrumentos alternativos), deberían tener el mismo tratamiento fiscal, con contribuciones completamente exentas y prestaciones sujetas a IRPF.
La novedad en relación a la previsión social complementaria hace referencia a la actual tramitación parlamentaria de un Proyecto de Ley de regulación de Fondos de Pensiones de Empleo de Promoción Pública y Planes de Pensiones de Empleo Simplificados (PPES).
Los Fondos de Pensiones Públicos serán promovidos por el Estado. Optativamente se podrán adherir a los mismos los nuevos Planes de Empleo Simplificados, así como otros planes de pensiones de empleo. Su gestión será exteriorizada en entidades privadas a través de concurso público.
La verdadera novedad son los Planes de Pensiones de Empleo Simplificados, que serán promovidos por instituciones privadas, pudiendo ser planes sectoriales basados en la negociación colectiva, o bien planes promovidos por administraciones públicas para sus trabajadores o bien promovidos por asociaciones de trabajadores autónomos para los autónomos. Esta última es la gran novedad del Anteproyecto de Ley, ya que además prevé que los autónomos puedan aportar (y deducirse) a planes simplificados hasta 4.250 euros anuales, adicionales a los 1.500 que pueden aportar a los planes de pensiones individuales, por lo que podrán llegar a aportar a instrumentos de previsión social complementaria hasta un total de 5.750 euros.
