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¿Ahorrar o invertir para mi jubilación?

Puede parecer lo mismo, pero es más que posible que llegada nuestra jubilación, haber ahorrado no haya sido suficiente

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¿Ahorrar o invertir para mi jubilación?

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Todos tenemos más o menos claro (o deberíamos tenerlo) que es esencial, y lo será cada vez más, contar con un cierto nivel de ahorro personal en el momento de alcanzar la jubilación. Una vez terminada la vida laboral, nuestra capacidad de generar rentas será muy limitada más allá de la pensión pública a la que hayamos accedido.

Dado que la pensión pública irá perdiendo protagonismo progresivamente debido a las reformas que se encuentran en marcha y que tratan de hacer frente a los grandes retos sociales y demográficos, será necesario complementarla con ahorro personal si no queremos sufrir un descenso notable en el nivel de vida en la jubilación respecto a la vida en activo.

Uno pensará en este caso que la solución pasa por ahorrar de manera constante y con la mayor antelación posible durante nuestra vida laboral. Pero… ¿será suficiente el hecho de ahorrar o aún será necesario un esfuerzo adicional para sacar todo el rendimiento posible a ese dinero que vamos apartando?

Si ahorramos…

En el caso de ahorrar, y siendo estrictos con el significado del concepto, estaremos simplemente acumulando dinero para cubrir una futura necesidad. Esta acumulación de dinero está exenta de riesgos, pero también elude cualquier aspiración de revalorizar ese dinero que vamos acumulando o la reduce al mínimo. Con los tipos de interés actuales, ahorrar en una cuenta corriente equivale prácticamente a tener el dinero ocioso.

Lo cierto es que un ahorrador no debe permitirse mantener su dinero en una fórmula que resulte improductiva, y menos aún en un objetivo de ahorro de tanta importancia y de un plazo de consecución tan dilatado como la jubilación.

La situación actual de baja inflación y de riesgo de deflación no debe hacernos olvidar que el crecimiento medio de los precios en un intervalo de tiempo de, por ejemplo, 30 años, será positivo y mermará notablemente el poder adquisitivo de un ahorro que no ha producido. Una inflación en entornos normales, en niveles del 2% o el 3% anual, nos obligará todos los años a que nuestro capital acumulado obtenga rendimientos de al menos esos niveles para no perder poder adquisitivo.

Si invertimos…

Si el ahorro se queda en el hecho de acumular dinero, la inversión pretende gestionar activamente ese capital con el objetivo de alcanzar una rentabilidad determinada y por encima de los instrumentos libres de riesgo. Habrá, por tanto, que asumir un cierto riesgo en este proceso de inversión y será esencial comprender qué nivel de riesgo podemos tolerar en cada momento.

Si me encuentro temporalmente alejado del objetivo para el que estoy ahorrando, podré asumir un mayor riesgo que si me encuentro a escasos años del objetivo. El margen de maniobra es mucho mayor. En el caso de estar ahorrando para mi jubilación, podré y deberé ser más agresivo en este proceso de inversión cuando tengo 30 años que cuando tengo 60 años. En este segundo caso, el objetivo debe ser consolidad el capital generado durante todos los años anteriores y eludir cualquier tipo de riesgo.

Por qué necesitamos invertir en lugar de simplemente ahorrar

La respuesta es sencilla: Cada vez necesitaremos más capital para nuestra futura jubilación. Las principales razones son:

  • La cuantía de las pensiones públicas tiende a la baja: Es una tendencia que ya observamos en países de nuestro entorno que se encuentran más avanzados en sus reformas. Se estrecha la horquilla entre la pensión máxima y la mínima y las pensiones públicas cada vez suponen un porcentaje menor del salario percibido en la etapa activa.
  • Cada vez vivimos más años: Es notablemente más largo el periodo en el que se vive como jubilados dado que, aunque la edad de jubilación se está retrasando paulatinamente, la esperanza de vida continúa creciendo y lo seguirá haciendo a un ritmo notable las próximas décadas. Hacia 2050, en España estará cerca de los 90 años, lo que supondrán 23 años desde el acceso a la jubilación. Hace solo unas décadas, el periodo entre la jubilación y la esperanza media de vida no superaba los 10 años.
  • Aumentan los gastos en la jubilación: Pese a ser una etapa de la vida que no se caracteriza por grandes gastos o inversiones, esta mayor longevidad está siendo cada vez más exigente en necesidades financieras, en todo lo relativo al cuidado y tratamientos que lleva aparejada la vida a estas edades avanzadas.

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